Hubo una época en que en cada pueblo donde hubiera una fuente y un lugar donde colocar una bombona de gas carbónico, había una fábrica de gaseosas de tal manera que coleccionando botellas podría hacerse un detallado mapa de España.
Galicia, Catalunya y especialmente el Levante, fueron los principales mercados productores y consumidores.
Agua, jarabe de lima o limón, un toque de azúcar…y gas. Todo ello dentro de una maravillosa botella con tapón de cerámica blanca y cierre mecánico de muelle.
Además de tomarla sola como refresco, la gaseosa servía para rebajar y ” alargar ” el vino o la cerveza.
En la económicamente débil España de la postguerra, esta bebida fue la base de lo que hoy conocemos como ” clara “.
Mentes creativas llegaron a inventar nuevas bebidas como el Zuavo, ( Suau en Catalunya) consistente en una sabia combinación de gaseosa, café y azúcar.
Las abuelas solían prepararlo ante el alborozo de la chiquillería que veía asombrada la espuma que se generaba rumbo al borde del vaso a gran velocidad.
Claro que la abuela era mi abuela Doloretes y yo, en aquellos tiempos, me asombraba con cualquier cosa…
Capacidad 1 litro
Atencion ! : Todos los productos antiguos pueden presentar arañazos, óxido y pequeños desperfectos